Cada historia de amor trae consigo la promesa de un final feliz, pero, en medio de esa mentira, ellos se enfrentarán a la inevitable certeza de otro desenlace: uno que se desvanecerá en Nunca Jamás. Su amor será un puente entre lo escrito y lo vivido, un lazo que, aunque firme, estará condenado a romperse. Cada lugar que acogió sus risas y sus silencios, cada rincón que los vio amarse como si fueran eternos, se convertirá en el escenario de despedidas y recuerdos.

Su historia será la creación de un escritor cruel y resentido, un alma rota que levantará castillos de promesas solo para verlos reducidos a cenizas. Un escritor fatalista que los concibió no para contar una historia de amor, sino para mostrarnos la fugacidad de aquello que alguna vez pareció inmortal. Cada caricia, cada beso robado bajo la luna, cada promesa susurrada en la oscuridad de la noche, se convertirá en un eco de lo que ahora yace en el olvido.

Con la determinación de arrebatarles el tiempo y destruir todo lo que alguna vez les fue dado, la historia no les dejará nada… salvo una pregunta: ¿era amor?