El anhelo de viaje es un impulso humano maravilloso. Pero el capitalismo, en su compulsión perpetua, nos obliga a satisfacerlo contribuyendo a ese desastre ecológico, social y pasional que es la industria turística. Si bien en los últimos años el carácter extractivista del turismo ha encontrado sus críticas y sus resistencias, la construcción de una alternativa mejor sigue siendo un terreno casi desconocido. Este ensayo poético explora esta frontera ecosocialista. No se trata de suprimir el deseo de viaje. Se trata de inventar nuevos juegos que nos permitan satisfacer ese impulso de otra manera. Una nueva forma de viajar que sea ecológicamente viable, socialmente justa y pasionalmente superior. La psicogeografía del ahí es uno de estos juegos posibles. Porque en el siglo XXI quizá tocará viajar menos. Pero podemos viajar mejor. Y sobre todo, podemos descubrir que la belleza y la aventura que buscamos con el turismo están ahí mismo, en nuestro entorno más cercano, esperando a ser experimentadas por una actitud personal y un nuevo régimen social que rompa con la alienación capitalista y su manera deprimente de construir realidad.