Giacomo y Ludovica son los hijos de Beatrice y Daniele, una familia romana con dinámicas muy peculiares que se exageran, tanto en lo bueno como en lo malo, durante la pandemia. Los niños pequeños presentan comportamientos tan extraños y cambiantes, que en ocasiones será complicado descifrarles. Alternan ingenuidades típicas de la edad con chispazos brillantes dignos de cualquier adulto superdotado, de genios maravillosos. Adoran a su padre, pero le hacen sufrir como a un perro. Roma custodia este análisis fino de las aristas que presentan las emociones del alma, que no conoce la moral o la ética, y que una vez comprendidas y aceptadas lo normal es que todo se apacigüe y termine incluso por desaparecer... O mutar hacia caminos subalternos o invertidos tomando nuevos disfraces, quién sabe. Una disección del yo -en Roma- entre basuras, delitos y ratas. Una historia donde los niños parecen hombres y los hombres parecen niños.