Este libro dedicado a las figuras mediadoras hablantes de lenguas indígenas en el mega diverso México aporta referencias sobre cómo se atiende una deuda histórica con los pueblos indígenas en cuanto apolíticas lingüísticas y acceso a la justicia tanto al público en general como al especializado. Abre una ventana al mundo de la interpretación en lenguas indígenas en el ámbito judicial en México, que no dista mucho de la problemática que se vive en otros países de América Latina.