Entre las vidas de santos del Flos sanctorum, que tuvieron en su época un éxito comparable al del Quijote, hay un buen puñado de excelentes relatos, de una interesantísima heterogeneidad narrativa, en sus temas, estructuras y estilos. Son relatos profundamente arraigados en la cultura occidental: conocerlos es reconocerse, pues, como superior Flaubert, Buñuel o Cioran, el pecado, la sangre, el dolor, el delirio, la culpa, el milagro, la visión, la profecía, la soledad, el encierro, el ayuno, la tentación y la locura.