En el prólogo de Los miserables (1862), Victor Hugo (1802-1885) denuncia explícitamente la tesis que lo había inspirado: revelar la "condenación social" producto de las leyes y costumbres y bosquejar un cuadro de los tres grandes problemas del pueblo: "la degradación del hombre por el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, y la atrofia del niño por la ignoracia".