En las letras hispanas, si Borges es el cuento, Monsiváis es la crónica, se ha llegado a decir. En efecto, la dedicación de Monsiváis a un género híbrido entre el ensayo y la crónica durante casi medio siglo ha conseguido algunos de los textos más memorables de la lengua. Sin embargo, y pese a haber obtenido el Premio Anagrama de Ensayo por Aires de familia en el año 2000, seguía siendo un escritor poco conocido y poco valorado en España. Con la publicación de Apocalipstick en Debate en México en 2010, uno de sus mejores libros, una crónica de crónicas sobre el DF, se abrió la posibilidad de publicar una selección de ese libro y de obras anteriores, elegidas pensando en el público español. Jordi Soler, escritor mexicano radicado en Barcelona, se puso manos a la obra con el maestro Monsiváis y consiguió una maravillosa antología. Apenas habían ultimado la selección, cuando Monsiváis tuvo que ser internado en un hospital, de donde ya nunca salió con vida. Así, Los ídolos a nado es tanto una presentación de un maestro de la lengua al público español como un homenaje póstumo a un intelectual de referencia en el ámbito latinoamericano.