Este libro realiza un breve recorrido por las teorías más importantes de la segunda mitad del siglo pasado referidas a este tema. Fenómenos como la propaganda, el discurso político o el discurso periodístico tienen componentes que no se pueden analizar en profundidad si no se toman en cuenta los contextos de producción, circulación y recepción. Las historias, los proyectos y los condicionamientos que actúan sobre los textos son los que reducen o amplían las posibilidades argumentativas.

Conocedor de esta situación, Plantin recurre a Aristóteles para encontrar una salida a los fenómenos argumentativos actuales. Para eso, los conceptos de ethos, logos y pathos son empleados de manera de advertir que no existe sólo un sujeto racional detrás del discurso sino que también se encuentra un sujeto atravesado por pasiones, emociones, de distinto orden, alguna de las cuales maneja y otras lo manejan.

La inclusión de un capítulo sobre la forma de argumentar que se da en el ámbito teológico-jurídico del islam, es también una forma de dar cuenta de esos fenómenos que no se agotan en el lenguaje sino que deben incorporar variables más complejas como las de las manifestaciones culturales, de modo de ver también qué tipo de herramientas argumentativas se emplean en ámbitos culturales diversos. Por todo lo señalado, este libro es un auxiliar breve, pero al mismo tiempo insustituible, que permite profundizar en un espacio teórico que viene ganando, en las últimas décadas, un lugar preponderante en el campo del análisis de los discursos sociales.