Érase una vez un rey y una reina con principios geométricos muy estrictos. Sus sujetos deben estar formados por líneas rectas y ángulos agudos. Por desgracia, sus propios hijos no siguen la morfología oficial. El primero es flácido, el segundo muy ondulado, el tercero completamente suave y así sucesivamente. Pero finalmente se produce el esperado milagro. Su última hija es una maravilla: una niña isósceles, perfecta en todos los sentidos. La sucesión está asegurada. Pero entonces se enamora de un pretendiente de forma incongruente...«Contar un cuento de hadas desde cero con solo figuras geométricas y darles vida es una hazaña. Me quito el sombrero ante la artista Cruschiform». Livres Hebdo «Es una pequeña joya gráfica y un relato divertidamente poético... En un ballet de formas vanguardistas, el minimalismo narrativo de este álbum da en el clavo y nos conmueve». Beaux arts magazine «Uno de los mejores álbumes que he leído. Una gran idea desarrollada de manera brillante tanto en el contenido como en la forma». Librairie Le Préau, Metz