Mezclando discursos como el ensayo, la crónica y el diario íntimo, Carlos Losilla ensaya otras formas de enfrentarse al cine, otras maneras de ver, de pensar, de posicionarse frente a las imágenes y al texto que resulta de ellas.¿Por qué un diario? Pues quizá porque quien escribe ya no confía en los demás discursos, ni en la crítica de actualidad, ni en el artículo académico, ni en el ensayo especulativo. Por eso empieza a hablar de una de las cosas que más le gustan, el cine, de una manera azarosa, como si se tratara de un monólogo interior. Y por eso inventa un personaje que es él y no es él, aunque no pueda dejar de construir teorías, de regresar a sus temas de siempre?